RESEÑA HISTORICA DE ROMPIENDO CADENAS   Eduardo Betancur ha circulado por extremos de contrastes: la razón, la sin razón y el profundo declive; su supervivencia es un prodigio, al escapar de la muerte que le persiguió en su azar de sombra siniestra.   En cada uno de los declives le cortaron, cortó, disparó y le dispararon.   Gozó en hoteles de 5 estrellas, de las abundancias efímeras del narcotráfico. En la enredadera de su propio destino cayó en la indigencia, durmiendo en las húmedas calles y la tal muerte, la señora muerte, ahí, cerquita.   Despreciado ser, último del mundo; hasta que una luz al final del túnel lo trajo hasta un futuro promisorio: la palabra de Jesucristo que como un portento que ilumina, dice: “levántate y anda”.   Organiza los “Hogares Rompiendo Cadenas” dignificando a los desastrados con su trabajo, poniendo oración, pan y fe, en una tarea alentadora entre los afligidos, clausurando con esto para siempre las puertas de su tragedia personal.   Rompiendo Cadenas es una institución sin ánimo de lucro, reconocida legalmente desde hace más de 15 años, cuya misión ha sido el trabajo con el habitante de la calle. Durante el desarrollo de la misión vio la urgente necesidad de trabajar con los niños, hijos de estas personas, quienes se constituyen en víctimas inocentes de este flagelo social.   Esta labor empezó en El Cartucho hace un poco más de 10 años, cuando las mujeres con problemas de drogas y alcohol ingresaban a la institución para rehabilitarse y, desistiendo con su propósito, se retiraban dejando al cuidado de la institución sus pequeños, quienes día tras día esperaban el regreso de sus madres o padres. Unos han regresado pero no ha sido posible liberarse de estas adicciones. Otros, aunque ya son libres, continúan confiando sus niños, ya sea por su bajo nivel intelectual o por su poca integración social, que les impide conseguir los recursos necesarios para su propio cuidado y consecuencialmente el de sus hijos.   En el desarrollo de esta labor se ha venido integrando otros estamentos sociales, entre ellos, algunos funcionarios de la Procuraduría General de la Nación, quienes conocieron la existencia de la institución y la labor que venimos desempeñando con nuestros niños, que por su estado de indefensión e inocencia cautivaron los corazones de estos funcionarios, quienes, desde hace aproximadamente seis años, tomaron la Fundación Rompiendo Cadenas y el trabajo que se hace con los niños, como obra social bandera para ser apoyada; a partir de este momento, las fiestas de Navidad para los niños de Rompiendo Cadenas han sido lideradas por los funcionarios de esta magna entidad, así como el mantenimiento constante de las reparaciones locativas que ha tenido la primera casa hogar para estos niños, ubicada en la barrio Santa Fe, financiada con el archivo para reciclaje, donaciones voluntarias y directas de sus funcionarios y otras actividades que dentro de la entidad se han adelantado.   Ha sido tan cercano el trato de los funcionarios de la Procuraduría con los niños de la Fundación, que hace ya dos años se vio la necesidad de adquirir una casa para niños, y así separarlos de las niñas, comprada con dineros donados en su totalidad por los mismos.   Sea esta la oportunidad para hacer públicos nuestros profundos agradecimientos en nombre de nuestros niños al doctor Edgardo Maya Villazón, procurador general de la Nación, al doctor Carlos Arturo Gómez, a procuradores delegados y a todos los funcionarios que hasta el día de hoy nos han apoyado, y es lamentable que se levanten comentarios malintencionados en contra de este proyecto, ya que entre todos estamos haciendo una gran inversión social en aras de la búsqueda de tan anhelada paz para nuestra Colombia linda. Por lo tanto, invitamos a quienes les quede alguna duda acerca del trabajo que la Fundación Rompiendo Cadenas viene desarrollando, a que nos consulten por medio de nuestra página Web: www.nuestroschiquis.com y www.fundacionrompiendocadenas.es.tl y si estos testimonios logran tocar corazones, hagan parte de nuestro equipo para que entre todos sigamos construyendo un futuro mejor para las generaciones venideras.       Atentamente,         EDUARDO BENTANCUR ACEVEDO